http://www.magazineblife.com/buena-vida/nutricion/47-nutricion/388-hoy-me-llevo-fiambrera.html
En el metro, en el tren o por la calle… Hoy en día ver a gente transportando su fiambrera es lo más normal del mundo. Y es que trabajar lejos de casa, o bien realizar una jornada intensiva, puede obligarnos a comer en el trabajo. O, si el tiempo lo permite, en alguna plaza o parque.
Cada vez más personas optan por llevarse la fiambrera al resultar más cómodo, fácil y, sobre todo, más barato y saludable que ir a comer a un restaurante cada día. Pero claro, hay que pensar un poquito qué metemos dentro de ella.
Para poder disfrutar de una buena comida en la fiambrera es muy importante buscar la variedad y la originalidad, para de este modo evitar un posible desequilibrio nutricional. Además, hay que tener en cuenta algunos consejos importantes como, por ejemplo, el hecho de no repetir los platos -uno de los puntos más importantes-. Así pues, será básica una buena organización y, entre los “trucos” para ganar tiempo”, se encuentran cocinar en grandes cantidades, congelar por raciones o preparar la comida y la cena a la vez.
Aunque es cierto que los recipientes con más de un compartimento pueden ser cómodos, en ellos se mezclan con mucha facilidad los aromas y sabores, así que deberíamos procurar evitarlos. Y también existen alimentos que más vale no preparar, como es el caso del bistec a la plancha: uno de los típicos productos que se resecan al recalentarlos. Y por citar otro consejo muy interesante, recomendarte que lleves el aliño por separado y que lo mezcles justo en el momento de servir. De esta manera el plato mejora no únicamente su textura, sino además su sabor.
La mejor opción sin duda es la de escoger un plato único y, a poder ser, ensaladas, guisos de carne o pescado, legumbres, etc… Recuerda que cuanto más variemos los grupos de alimentos, mejor, así nos aseguramos que recibimos todos los nutrientes llevando a cabo una alimentación saludable. ¿Y de postre? En este caso lo preferible es optar por algún yogur desnatado o alguna pieza de fruta fresca, no muy madura, ya que durante su transporte puede llegar a estropearse.
No olvides que el acto de comer es, también, un momento de desconexión y tranquilidad -aunque sólo dispongamos a veces de muy poco tiempo-. Lo importante es sentirse a gusto, así que si en el comedor de que dispone tu empresa no lo estás, sal a dar una vuelta y reposa en un parque si tiene esa oportunidad, tal como te comentábamos al principio.
Para finalizar, aquí te pongo algunos ejemplos de menús tanto de fríos como de calientes:
– Montaditos: rodajas de tomate fresco y patata hervida con anchoas, ajo y perejil.
– Ensalada de pasta con brotes de espinacas, nueces, mozzarella, champiñones y vinagreta.
– Hamburguesa con queso desnatado, ½ cebolla y pimiento asados al micro.
– Merluza con patata en salsa verde (perejil, cebolla, ajo y pimienta).
– Ensalada de alubias con aceitunas, lechuga, tomate y rabanitos.
Ten siempre bien presente que comer es –o debería ser- un placer. Hagamos lo que hagamos, sean cuales sean nuestras circunstancias, siempre has de procurar disfrutar con un plato lo más saludable posible.
