http://www.magazineblife.com/buena-vida/nutricion/47-nutricion/386-adiccion-al-azucar.html
Es un hecho constatado que el consumo excesivo de azúcar favorece la aparición ciertas patologías, tal como la obesidad o la diabetes entre otras. Científicos de la Universidad de Pensilvania aseguran que, además, produce una relación de dependencia. Es decir, se podría considerar al azúcar como sustancia adictiva por las similitudes existentes con el tabaco o el alcohol. Sin embargo, actualmente todavía faltan estudios al respecto para poder validar dicha afirmación.
Al consumir azúcar la glucosa se absorbe y pasa al torrente sanguíneo, lo que nos aporta energía y una sensación de placer debido a un aumento de la secreción de la dopamina cerebral. La dopamina es un neurotransmisor que regula los mecanismos de recompensa y se ve implicado en la mayor parte de las adicciones, siguiendo un proceso es relativamente rápido. Al metabolizarse este azúcar sigue una situación de depresión, haciéndonos sentir inquietos y cansados. Puede hacernos sentir irritados hasta no volver a ingerir una cantidad de azúcar correcta para volver a elevar los niveles de glucosa en sangre. Pero claro, estas percepciones dependen de la dosis de glucosa de la que estemos hablando.
Los científicos que están en contra de esta hipótesis alegan que el azúcar es un alimento básico para vivir, ya que aporta energía al cerebro -no es ningún material creado por los humanos para experimentar ningún tipo de adicción-. En cambio, los defensores dicen que el abuso de esta substancia puede causar patologías graves e incluso hiperactividad. Aunque también es cierto que muchos niños en edad escolar padecen hiperactividad sin consumir azúcares en exceso.
En mi opinión creo que hay algo de cierto en todo esto. No me atrevería a decir que estamos hablando de una droga, pero sí de que el azúcar causa cierto grado de dependencia. Este grado de dependencia, obviamente, será mayor o menor en función de la persona y de su propio autocontrol.
Esta sensación de necesidad por comer azúcar -o algo que lo contenga, tal como pan, arroz, bollería, pasta…- hay que controlarla, si no la tendencia va en aumento provocando ingerir cada vez más cantidad de comida. Esta percepción podemos educarla procurando disminuir poco a poco la cantidad de este nutriente, nunca eliminándolo por completo, ya que puede provocar un efecto “rebote”. Si este impulso por comer algo que contenga hidratos de carbono lo controlamos durante 2 o 4 minutos, desaparece gracias a un mecanismo inhibidor del cerebro.
Es importante consumir todos y cada uno de los nutrientes necesarios para nuestro organismo, para poder llevar a cabo todas las funciones vitales, pero hay que consumirlos en su justa medida, todos los excesos son perjudiciales.