Creada por Linus Pauling, la nutrición ortomolecular es una terapia alternativa que recomienda el uso de vitaminas, minerales y otras substancias en cantidades superiores a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se puso de moda en Estados Unidos en 2002 y parece ser que ahora nos toca el turno a nosotros, ya que recientemente han aparecido ofertas de empleo requiriendo expertos en este campo.
Pauling, dos veces premio Nobel, se interesó por las vitaminas cuando llegó a la cuarentena al diagnosticársele la enfermedad de Bright -una patología renal potencialmente mortal-. Con la ayuda del doctor Thomas Addis consiguió controlar la enfermedad siguiendo una dieta pobre en aminoácidos (componentes de la proteína) y sin sal, algo fuera de lo común en aquella época, y tomando suplementos de vitaminas y minerales. Pauling dedicó el resto de su vida a estudiar los nutrientes esenciales y su eficacia, dejando por completo los otros campos de investigación en los que estaba trabajando.
Los beneficios que dice aportar este tratamiento es conseguir un óptimo funcionamiento celular, estimulando así el potencial físico y mental, conociéndote más a ti mismo para poner en marcha nuestro propio sistema de curación. Este tratamiento también afirma ser efectivo para varias enfermedades tales como diarreas, ansiedad, estreñimiento, migrañas, trastornos de las tiroides o fibromialgia.
Este tipo de terapia carece de validación científica, convirtiéndose en un tratamiento engañoso, fraudulento y perjudicial, ya que puede causar hipervitaminosis. Los trastornos dependen de la vitamina de la que se trate, así que por ejemplo un exceso de vitamina A puede causar dolor de cabeza, vómitos, dolor de huesos o visión borrosa (atención porque en la mujer embarazada puede causar malformación en el feto). Con un exceso de vitamina D suceden dolores de cabeza, vómitos, debilidad y cansancio. Si lo que existe es un exceso de vitamina E, el riesgo de sufrir trastornos hepáticos se incrementa considerablemente. Por lo que respecta a las vitaminas del grupo B o la C, no hay tanta problemática ya que son hidrosolubles, es decir, se eliminan fácilmente por orina al recibirlas en exceso.
La postura oficial del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN) es desaconsejar encarecidamente este tipo de nutrición tras observar efectos adversos tanto a corto como a largo plazo. Como hipótesis, pudiera ser que el señor Pauling mejorase de su enfermedad al haber reducido la cantidad de proteína, ya que éste es el tratamiento nutricional que se sigue en este tipo de patologías, y no por la ingesta excesiva de vitaminas.