Desde hace algunos años se ha puesto muy de moda el concepto de dieta Détox, desintoxicante o depurativa. El objetivo de este tipo de dietas es aportar alimentos como frutas o verduras en forma de batidos o incluso caldos compuestos de productos diuréticos para “limpiar” nuestro organismo. Alimentos como el cilantro o la alga nori se le atribuyen especialmente estos efectos.
Se asegura que los beneficios son múltiples, desde mejorar la digestión, evitar el estreñimiento, controlar la glucemia e insulina, regular colesterol y triglicéridos, controlar la presión arterial, evitar la hinchazón, aumentar los niveles de energía, evitar el dolor de cabeza, mejorar la concentración y el estado de ánimo, evitar alergias y aumentar el sistema inmune, disminuir los atracones y la ansiedad, y seguiríamos, vamos que es todo un milagro llevar a cabo una dieta de este tipo.
La verdad es que este tipo de dietas no se sostienen científicamente, de hecho, todavía no se han llevado a cabo estudios en personas como para poder asegurar que realmente van bien, o que puedan aportar los beneficios que se le atribuyen pero sí que sería importante destacar sus posibles riesgos.
Si aumentamos el consumo de zumo de frutas puede favorecer un aumento de peso, alejándonos de un patrón de alimentación equilibrada, pudiendo generar fatiga, calambres o náuseas. Otro riesgo destacable sería que esta dieta détox pueda sustituir a otra terapia eficaz contra alguna patología pudiendo generar graves consecuencias.
Realmente mucha gente asegura que se siente más enérgica tras llevar a cabo una dieta de este tipo, pero eso puede ser debido al haber eliminado las grasas y los azúcares simples. Simplemente al evitar estos alimentos poco nutritivos pero con un elevado aporte calórico durante unos días puede ser la causa de que las personas se sientan mejor.
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