Publicado en marzo 27, 2013 por Núria Mallén – Dietista Kot

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Cada vez hay más concienciación con respecto al etiquetaje y uno de los puntos a destacar es precisamente el tipo y cantidad de grasas que contiene el producto. La grasa es un nutriente indispensable para la vida pero hay que tener en cuenta los tres tipos que encontramos en los alimentos: grasa excelente, buena y mala.

La grasa excelente es el aceite de oliva, y si es extra virgen todavía mejor, ya que mantiene aún más sus propiedades beneficiosas, entre ellas el poder antioxidante. Este aceite contiene ácidos grasos monoinsaturados y hacen aumentar el colesterol bueno y disminuir el malo.

En las grasas buenas encontramos el aceite de semillas, principalmente el de soja, el de maíz y el de girasol. Contiene ácidos grasos polinsaturados, sobre todo el omega 6. Son ricos en un ácido graso esencial, llamado linolenico, eso quiere decir que nuestro cuerpo no lo produce, por lo tanto hay que aportarlo mediante la dieta. Algunos de sus beneficios son, por ejemplo, subir las defensas o proteger el sistema circulatorio, pero atención, en exceso puede favorecer el aumento de colesterol malo.

Las grasas malas, aceite de coco, palma o palmítico, contienen grasas saturadas. Éstas pueden favorecer el aumento de colesterol malo y se suelen encontrar en la bollería y productos industriales.

Cada vez hay más productos que contienen aceite de oliva, como por ejemplo tostadas tipo biscotes, pan de molde o patatas de bolsa. Sería conveniente empezar a leer etiquetas y poder aceptar o rechazar un producto por su composición nutricional y no por su envoltura. Un embalaje precioso, que contenga el denominativo Gourmet y posiblemente un precio superior no es sinónimo de calidad nutricional.

Ya que hablamos de la compra no estaría de más tener en cuenta unas cuantas recomendaciones, como por ejemplo ir a comprar con el estómago lleno y con la lista de lo que queremos adquirir, eso nos evita comprar cosas que en el fondo no deseamos. Debemos ir a comprar con los niños siempre que nos sea posible, para que aprendan a valorar la importancia de una alimentación correcta. Siempre que nos sea posible hay que comprar alimentos frescos y de temporada, serán más ricos en nutrientes.  Seguro que a partir de ahora miraremos con más atención las etiquetas y nuestra salud nos lo agradecerá.